Un vino fresco, para disfrutar con fruta,  ágil, sedoso, con una sensación dulce, no de azúcares residuales, sino resultado de la madurez polifenólica de la uva y su maceración. Está elaborado al 100% con viñedo propio, ensamblando Garnacha, Merlot y Cabernet Sauvignon; sin perder la personalidad auténtica de Edra, en el prePirineo aragonés, con frutos secos, balsámicos y torrefactos.

El toque de 4 meses en madera de roble francés y americano, con batonnage de sus propias lías, le aporta la golosidad necesaria, dejando patente el dulzor tan agradable que invita a repetir.

Un vino fresco, para disfrutar con fruta,  ágil, sedoso, con una sensación dulce, no de azúcares residuales, sino resultado de la madurez polifenólica de la uva y su maceración. Está elaborado al 100% con viñedo propio, ensamblando Garnacha, Merlot y Cabernet Sauvignon; sin perder la personalidad auténtica de Edra, en el prePirineo aragonés, con frutos secos, balsámicos y torrefactos.

El toque de 4 meses en madera de roble francés y americano, con batonnage de sus propias lías, le aporta la golosidad necesaria, dejando patente el dulzor tan agradable que invita a repetir.